La idea
Alfons Löwenberg recuerda: “El 18 de marzo de 1974 le envié un memorándum interno a mis colegas del departamento de I+D, como era habitual en mi, considerando la posibilidad de crear un nuevo modelo Golf deportivo para los más jóvenes”. La propuesta de Löwenberg no encontró apoyo entre sus colegas, lo que “se preveía”, según Anton Konrad: “Por aquel entonces, Volkswagen estaba plenamente concentrada en impulsar su nueva gama de modelos, por esta razón, el valiente proyecto de Löwenberg no tuvo gran aceptación”. Esto no desanimó ni mucho menos a Löwenberg que siguió desarrollando el chasis del futuro GTI en la clandestinidad ...
Fase preliminar
El ingeniero instala un carburador de doble cuerpo Weber en el motor de 1.6 litros del Golf, integra en la carrocería un tubo de escape deportivo homologado y rebaja el chasis considerablemente. El confort es prácticamente nulo. El “artefacto” de Löwenberg generó una gran sensación en el circuito de pruebas de Volkswagen Ehra-Lessien, sin embargo, se arriesga demasiado y le propone al Prof. Dr. Ernst Fiala, Responsable del Departamento de I+D, dar una vuelta a bordo del ruidoso automóvil. Löwenberg recuerda: “El resultado fue desastroso, rugía tanto o más que el tubo de escape de un coche de carreras. 35 años después sonreímos al recordar este momento”. “¡Es imposible conducir este coche!” fue la reacción de Fiala. De la noche a la mañana, el proyecto corría el riesgo de fracasar. “Tuvimos que cambiar rápidamente de estrategia” explica Anton Konrad. Por esta razón, en 1974 decide convocar una reunión con algunos de sus colegas: Hermann Hablitzel (Responsable de Desarrollo y Jefe de Proyecto del Golf), Jürgen Adler (Responsable de Interiores), Herbert Schuster (Responsable del departamento de pruebas), Horst-Dieter Schwittlinsky (Departamento de Márketing) y Alfons Löwenberg. Konrad es consciente de que, si quería que la presentación del nuevo modelo fructificara, era necesario mantener las conversaciones sobre el proyecto fuera de la empresa y el marco ideal para ello sería el salón de su casa.
¡Pues claro, pensará más de uno, ahora viene la historia de la reunión con tapas y cerveza! Anton Konrad insiste en corregir la versión de los hechos: “No fue así ni mucho menos, la reunión se celebró tomando café y degustando una rica tarta que hizo mi esposa”.
El comienzo
El proyecto “Sport-Golf” va afianzándose día a día. Los ingenieros lo tienen muy claro: el objetivo es diseñar un cómodo, deportivo y versátil automóvil que nada tenga que ver con los ruidosos deportivos de carreras. En un principio se acordó fabricar una edición especial de 5.000 unidades que constituirían la base de homologación para su admisión en el deporte automovilístico. “Una cifra demasiado baja para obtener beneficios con su comercialización tras haber restado los costes de fabricación”, recuerda Horst-Dieter Schwittlinsky. “Teníamos muy claro”, analiza Herbert Schuster, “que el único modo de realizar el proyecto GTI era reducir los costes de fabricación utilizando piezas de serie”. El resultado de aquella reunión fue la creación de una receta mágica que les supo tan bien a los invitados como la exquisita tarta servida aquella tarde. El equipo comienza a abrirse paso contra viento y marea.
Los ingredientes
Con el fin de ahorrar peso y gastos, los ingenieros decidieron utilizar la versión básica del Golf de dos puertas como base GTI y adaptar su chasis a la potencia adicional del motor. Herbert Schuster comenta: “Equipamos el eje delantero con un estabilizador, pinzas de freno de mayor tamaño y frenos de disco con ventilación interna. Los resortes de suspensión acortados en 20 milímetros y los amortiguadores adaptados específicamente rebajaron el Golf discretamente. La modificación del chasis le proporcionó al futuro Golf una gran estabilidad a altas revoluciones y confort de conducción a grandes velocidades”. Recaro aporta los asientos deportivos. El volante deportivo se adopta del Scirocco TS que se había estrenado recientemente. El departamento de diseño realiza un Brainstorming para determinar el aspecto que le darían al exterior del nuevo modelo. “En aquel momento, la combinación rojo-negro nos pareció muy apropiada para un coche deportivo” comenta Gunhild Liljequist, antigua diseñadora de las telas para la tapicería, los revestimientos de las puertas y del equipamiento interior del Golf GTI y, posteriormente, también diseñadora de versiones especiales de Volkswagen. Precisamente esta diseñadora fue la que creó la legendaria tapicería de cuadros escoceses. Uno de sus colegas ideó el ribete rojo de la parrilla, ella a su vez tuvo la idea del pomo de la palanca de cambios en forma de pelota de golf.
El motor
Todo iba viento en popa, sin embargo, todavía quedaba por resolver un problema: “La instrucción de la técnica de los carburadores de doble cuerpo Weber, y todo por una edición de sólo 5.000 automóviles – ¡Una idea completamente absurda!” comenta Anton Konrad que, en medio del proyecto, recibe una invitación del antiguo responsable del área de I+D de Audi, Ferdinand Piëch, para visitarle en Ingolstadt. Anton Konrad comenta: “El Sr. Piëch me presentó el nuevo Audi 80 GTE y me preguntó si quería probarlo. Sin pensarlo dos veces dije que sí”. Anton Konrad experimenta el potente motor de 110 CV quedando impresionado; al instante sabe que había encontrado el motor que estaba buscando para su “proyecto”. Anton Konrad le cuenta a Piëch su idea y éste decide concederle a Volkswagen espontáneamente 5.000 motores GTE para el nuevo modelo Golf. “Este fue el momento decisivo” añade Anton Konrad, “supimos que el automóvil estaba completo y preparado para presentarlo oficialmente a la dirección”.
La decisión
Anton Konrad confirma al Presidente del Consejo de Administración, Toni Schmücker, lo que hasta ahora parecía ser un secreto a voces: la existencia del proyecto “Sport-Golf”; seguidamente se somete a voto. El resto es ya historia: las 5.000 unidades previstas, en un principio, para el Golf GTI se han convertido hoy en día en casi 2 millones ...