No faltaron vehículos adaptados a rallies, pequeños beetles con sus pasos de ruedas, minis, 300 y T3 (incluida la mía). Hubo también coches históricos y coches que hicieron historia. He de que confesar que me enamoré a primera vista de un Austin Healey 3000.
No me quiero despedir sin agradecer a la organización su hospitalidad. Nos recibieron con los brazos abiertos y un vaso de chocolate caliente.
A continuación podéis encontrar las fotos del evento. Espero que os gusten :)